lunes, 21 de julio de 2014

Las palabras se cansan de esperar



Han pasado cuatro años desde que los personajes de una novela muy especial comenzaron a hablarme. Eso no significa que necesite tratamiento psiquiátrico (o al menos, esa no sería la principal razón); simplemente es el desencadenante de esta afición, hobby o condena, en la que tu cabeza se puebla de personajes dispares que te visitan deseando que cuentes su historia. 

Entonces, tú te sientas a ver su vida, cómo se comportan, qué hacen o dejan de hacer, cómo se llaman, de qué color son sus ojos y si en las noches de verano son de los que se quedan mirando las estrellas sin ningún motivo aparente. 

Normalmente visualizo una escena, y a partir de ella se comienza a construir el resto a su alrededor. Como si de la construcción de un rascacielos se tratase, pero empezando en el piso cincuenta y siete, luego saltando al quince, y así sucesivamente hasta que un día construyes los cimientos y pones la última piedra. 

Puede parece que es el final del proceso. Muy al contrario, no es más que el salto de una etapa a otra muy diferente. Mi manuscrito, con apenas setenta mil palabras y cuatro personajes protagonistas deseando contar su historia a extraños y curiosos, estaba completo y lleno de vida.

Desde entonces, ha pasado por múltiples impresiones, envíos a concursos, editoriales, páginas web especializadas y hasta encontró un agente literario. Sin embargo, a los impedimentos comunes que un escritor novel puede encontrar, se me juntaban dos más adicionales: el hecho de no residir en España y el tener una carrera profesional a la que ya dedico lo mejor de mi energía y tiempo.

Así pues, tras estos años de intentar seguir el camino que parecía estar marcado, me he dado cuenta que escribir para mi es una pasión, una afición, algo que se apodera de mí y me obliga a llenar una página en blanco de palabras e historias. Pero no es una carrera profesional ni una meta que alcanzar.

Por eso, tras mucho deliberar junto a mis personajes, por supuesto, me han dicho que están cansados de estar abandonados en el olvido de ese cajón virtual y que necesitan un poco de aire y luz, pero sobre todo, de lectores que devoren esas páginas llenas de palabras que están agotadas de tanto esperar. 

En las próximas semanas estará disponible para todos vosotros esta segunda novela, de la que sólo puedo avanzar que está poblada de unos personajes con tanta personalidad, que cuando caiga en vuestras manos entenderéis por qué no puedo dejarlos más tiempo a la sombra. También os dejo el título, para que vayáis especulando: El gato que soñaba con saltar desde el balcón.

No hay comentarios:

Publicar un comentario