martes, 17 de julio de 2012

Como la noche calmada en el desierto

Así siento este blog, en el que parece que nunca pasa nada, donde los post se quedan como dunas estáticas durante semanas, aunque se muevan en la tranquilidad de la noche oscura.

Repto entre los planes cual serpiente sin saber si es hora de cambiar de piel. Me cubro de arena cual escorpión al sol mientras alimento las ideas de la novela nueva. El desafío comenzará con la próxima luna llena, para absorber su luz tremenda. Otros preferirán llamarlo el primero de Agosto, como si los días del calendario aportasen algo más que un rectángulo vacío de papel donde esculpir recordatorios anodinos del día a día.

Por su parte, "El gato", la segunda novela de la que aún no me atrevo a desvelar el título completo, camina lento y con cautela, preparándose para dar pronto el salto al mundo editorial. Se relame pensando en las posibilidades y en los eventos, escupe bolas de palabras que le sobran y maúlla tímido ante el mundo editorial que como un gran bulldog ladrando, ante él se presenta. No le importa que las respuestas lleguen negativas y lentas, pues siete son las vidas con las que cuenta.

Para los más veteranos que aún recuerdan, "El ángel" sigue dando guerra. Desde que aterrizó en Amazon, esa jungla digital de autores sin imprenta, llena de atardeceres en los templos de Bangkok y de comida asíatica a todo aquel Kindle que encuentra.

Y como el verso nunca fue lo mio, ya que la prosa lo detesta, despido estas palabras que una duna nueva asientan, en este desierto de páginas en blanco que siempre terminan contando más de la cuenta.

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